05/08/2013 | |

Agricultura de Precisión, en pantalla gigante

De ser prácticamente una tecnología inexistente hace 20 años en el país, la Agricultura de Precisión (AP) creció de la mano de la adopción de los productores y del desarrollo efectuado por sus fabricantes locales. A tal punto que la incorporación de este equipamiento en la actualidad convierten a la Argentina en el segundo país con más equipos precisos en la producción agrícola mundial, luego de Estados Unidos. A nivel Latinoamericano, nuestro país ocupar el primer lugar en desarrollo, fabricación, adopción, aplicación de herramientas de AP y manejo de cultivos e insumos por ambientes. El trabajo de una red pública y privada, que tuvo al INTA como principal dinamizador, lograron darle competitividad a las herramientas, que no sólo es propiedad de la agricultura, sino que también tiene su lugar en la ganadería. El diseño de monitores que sirvan tanto para la siembra, cosecha y pulverización, como así también la utilización de aviones no tripulados, son parte de la tendencia en la que están trabajando las empresas proveedoras.

Agricultura de precisión De ser prácticamente una tecnología inexistente hace 20 años en el país, la Agricultura de Precisión (AP) creció de la mano de la adopción de los productores y del desarrollo efectuado por sus fabricantes locales. A tal punto que la incorporación de este equipamiento en la actualidad convierten a la Argentina en el segundo país con más equipos precisos en la producción agrícola mundial, luego de Estados Unidos.  A nivel Latinoamericano, nuestro país ocupar el primer lugar en desarrollo, fabricación, adopción, aplicación de herramientas de AP y manejo de cultivos e insumos por ambientes. El trabajo de una red pública y privada, que tuvo al INTA como principal dinamizador, lograron darle competitividad a las herramientas, que no sólo es propiedad de la agricultura, sino que también tiene su lugar en la ganadería. El diseño de monitores que sirvan tanto para la siembra, cosecha y pulverización, como así también la utilización de aviones no tripulados, son parte de la tendencia en la que están trabajando las empresas proveedoras.

Por Alejandro Rollán

Material publicado en Revista MaquiNAC N° 6 (Agosto de 2013)

 

El avance de la maquinaria para aplicar agricultura y ganadería de precisión en el país fue notable y se refleja en los desarrollos alcanzados por sus fabricantes. Hasta hace 20 años, la adopción de esta tecnología en la producción nacional era inexistente pero el interés de los productores y el trabajo de una red público y privado, que tuvo al INTA como principal dinamizador, convirtieron actualmente a la Argentina en el segundo país, luego de Estados Unidos, en la incorporación de este equipamiento.

La Agricultura de Precisión (AP) se puede definir como la tecnología de información basada en el posicionamiento satelital; consiste en obtener datos georeferenciados de los lotes para un mejor conocimiento de la variabilidad de rendimiento expresada por los cultivos en sus diferentes ambientes. Estos sitios pueden presentar distintos tipos de variabilidad: por topográfica, por génesis de suelo, por distinto tipo de manejo, entre otras particularidades. Mientras más diferencias de potenciales de rendimiento tengan esos sitios, existe mayor posibilidad que la aplicación variable de insumos (fertilizantes, semillas y herbicidas) obtenga éxitos en los resultados buscados.

Lo que en su momento fue un mercado interno abastecido por la importación de estas máquinas precisas, en la actualidad la industria nacional está en condiciones de ser un proveedor confiable. Las empresas locales de AP siguen trabajando en mejorar sus monitores para que esa misma pantalla permita su utilización en la siembra, pulverización y cosecha, posibilite sumar piloto automático y enviar datos por GPRS para que el productor puedo verlos en tiempo real a través de Internet. La tendencia futura también incluye aviones no tripulados con cámaras multiespectrales para recorrer lo lotes y así mejorar los diagnósticos a campo.

La firma nacional Plantium, ubicada en Villa Constitución (Santa Fe) desarrolló un equipo que puede ser utilizado tanto para siembra, pulverización, piloto automático, computadora de dosificación variable y monitor de rendimiento; permite cambiar su configuración a través de un pendrive en función del implemento a utilizar. De esta forma el operario de la maquinaria se adapta a un solo formato de visualización y configuración que hace más simple su operación. Además de Plantium, el mercado nacional tiene a empresas como IGB ubicada en Laboulaye (Córdoba), con su marca de monitores Exactagro, y Sensor (en Totoras, Santa Fe) como referentes en el desarrollo local, sin descartar los equipos estadounidenses que tienen amplia aceptación y logran buena competencia.

En el rubro sembradoras, una de las novedades más importantes, con altas expectativas de adopción en Argentina, es el sistema de amortiguadores para cuerpos de siembra. La fábrica de sembradoras Agrometal ya tiene incorporado el sistema  amortiguación hidroneumática, opcional a su modelo TX Mega.

Desarrollo vertiginoso

La historia de la AP en el país es reciente, pero contundente. Un trabajo de 15 años para posicionarse le alcanzó a la Argentina para ocupar el primer lugar en Latinoamérica en desarrollo, fabricación, adopción, aplicación de herramientas de AP y manejo de cultivos e insumos por ambientes. Según recuerda Mario Bragachini, coordinador nacional del Programa a AP del INTA, la red de esta tecnología comenzó a constituirse en Argentina en los años 1998/1999; es decir, 2 años después del primer mapa de rendimiento realizado en el país, una idea de algunos técnicos de INTA y de la actividad privada. Sumados a la necesidad de los productores argentinos de contar con herramientas que le permitieran manejar datos agronómicos georeferenciados con GPS, para que luego mediante software específicos se puedan diseñar estrategias de manejo de cultivos e insumos por ambientes. Todo ello aplicado en los cultivos a través de máquinas “inteligentes”.

“En Argentina en el año 1998 había unos 30 productores líderes que estaban preparados para este salto cualitativo de manejo y con ellos se comenzó a trabajar. Desde un principio la AP en Argentina fue independiente de la escala, estuvo siempre relacionada con productores precisos independientemente de su tamaño; productores conocedores de la necesidad y conveniencia de poder manejar la variabilidad de un campo, productores que manejaban bien los factores que gobiernan el rendimiento, pero que carecían de herramientas para manejar la variabilidad de ambientes que no pueden recibir una carga de insumos uniformes”, sostuvo Bragachini.

La iniciativa pública y privada puesta la servicio de la AP también posibilitó hacer conocer la tecnología, aprovecharla y hacerla rentable para los adoptantes. Según explicó el técnico del INTA, esta estrategia motivó la demanda del mercado y eso traccionó la necesidad de crear empresas de servicios de AP que, ya en 2005, eran entre 16 y 17. Esta prestación profesional generó una curva ascendente en la adopción de la tecnología de AP. Mientras tanto, Argentina consolidó la industria de componentes de alta complejidad y hoy existen unas 20 empresas importantes que fabrican todas las herramientas de alta complejidad que hacen a las máquinas inteligentes y competitivas. Estas empresas, en su gran mayoría, poseen desarrollo propio de hardware y software precisos y existen algunas que fabrican bajo convenio con empresas multinacionales.

Para tener idea de la magnitud del crecimiento de la adopción de AP, el parámetro internacional es la cantidad de monitores de rendimiento que dispone un país y la representatividad del uso en el área cosechada, precisaron desde el INTA.

“Argentina, en cantidad de monitores de rendimiento, ocupa el segundo lugar a nivel mundial después de Estados Unidos. En la campaña 2012/13, el país está en condiciones de mapear el 60% del área cosechada. En el año 1998 había 200 monitores de rendimiento con GPS, en el año 2005, 1500; en 2010, 7450; y en 2012, 8.915 monitores”, enumeró Bragachini. Sólo en el último año la tasa de crecimiento en la adopción de los monitores aumentó 6%.

El mayor protagonismo está dado en los monitores de siembra. En 2012 se incorporaron 2.200 aparatos, con lo que las ventas acumuladas desde el año 1997 suman 17.305 unidades.

Los banderilleros satelitales también muestran un alto grado de adhesión en las estadísticas de ventas acumuladas en el país. Durante el año pasado se incorporaron 1.319 equipos para pulverizadoras terrestres lo que totaliza un parque de 14.589 equipos comercializados desde 1997. El 100% de las pulverizadoras que se producen en el país vienen con esta tecnología.

Los sistemas de dosificación variable también ganan en adeptos. Son clave para la incorporación de la agricultura por ambientes. Durante el año pasado se incorporaron a las tareas a campo 260 nuevos equipos para las aplicaciones de de fertilizantes sólidos. De esa manera, el segmento acumula ventas de 3.098 equipos, incluidos las 750 unidades de dosis variable para la aplicación de fertilizantes líquidos.

Resultados a campo

Según la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (AAPRESID), el modelo agrícola nacional tiene el 78,5% de su área sembrada bajo el sistema de siembra directa. “En este tipo de sistemas ocurre que entre un cultivo y el siguiente se debe respetar un ángulo de siembra con cruce de entre 30 a 45°, respecto a la línea de implantación anterior.

Este sistema causa solapamiento de superficies y provoca una menor eficiencia en el uso de insumos como semillas y fertilizante, en el caso de ser incorporado a la siembra. Provoca un aumento en la densidad final del cultivo; y con esto un aumento en la competencia del cultivo por los recursos disponibles”, según comentó Andrés Méndez, integrante del Programa de AP del INTA. Lo efectos de la solapación en la siembra presentan también con obstáculos como árboles, postes y hormigueros, entre otros, existentes en el lote. “Sucede que al eludir este tipo de obstáculos  habitualmente se continúa con la labor de siembra, solapando estas áreas ya trabajadas. El porcentaje de áreas solapadas serán mayores cuando: mayor sea el ancho de la sembradora, mayor número de obstáculos en el lote, mas irregular la geometría del lote”, precisó Méndez.

El técnico presentó en el último Curso Internacional de AP realizado el mes pasado en la experimental de Manfredi un ensayo sobre el impacto que tiene el sistema de corte por surco durante la siembra en el rendimiento productivo y en el margen bruto del maíz.

Según sus evaluaciones, el aumento de densidad causado por el doble paso de la sembradora tiene gran importancia en el cultivo de maíz ya que es una especie muy sensible a la competencia intraespecífica, afectando directamente al rendimiento del cultivo.

Los ensayos fueron realizados en el INTA Manfredi sobre suelos Haplustol típicos (serie Manfredi), en una zona considerada dentro de la Región Semiárida Central de la provincia de Córdoba donde la precipitación anual media es de 740 milímetros, de las cuales 75% ocurre en el semestre más caluroso.

La evaluación se realizó utilizando una sembradora Agrometal neumática TX Mega IOM de 12 hileras a 52.5 centímetros, equipada con un sistema electro hidráulico Verion que permite realizar triple dosificación variable (siembra y fertilización en la línea y al costado). Además posee un sistema electro neumático TruCount Trimble de corte en cada línea de siembra. Accionada por un tractor John Deere 7515 con piloto automático Trimble CFX (sistema GPS RTK).

La fecha de siembra, del híbrido Nidera AX 887 de alto potencial de rendimiento, fue el 24 de octubre de 2012; con una densidad de 85000 plantas por hectárea y una fertilización entre líneas de 150 kilos de urea.

El objetivo del ensayo era realizar un análisis del sistema de corte de líneas de siembra mediante un sistema electro neumático, que les permitió a los evaluadores obtener información del comportamiento del cultivo de maíz en aquellas áreas donde se produce el  solapado de siembra. “Logramos determinar que la adopción de esta tecnología es recomendable, ya que el aumento de densidad causado en zonas de doble siembra provoca un detrimento en la eficiencia de uso de los insumos”, manifestó Méndez.

El diseño del ensayo incluyó la división del lote en subparcelas en bloques al azar, con cuatro repeticiones, donde se implementaron los tres tratamientos principales: un testigo, con densidad y fertilización normal, que rindió 13,88 toneladas por hectárea; otro con doble densidad y doble fertilización, con una producción de 14,75 toneladas; y el tercero con doble densidad y simple fertilización, que dejó en la tolva 11,88 toneladas por hectárea.

No sirve ‘por las dudas’

Los resultados a los que arribó la experiencia concluyen en que con el uso ineficiente de insumos a causa de una doble dosificación de semillas y fertilizante se puede aumentar el rendimiento (como en el ensayo uno, respecto al testigo y a la opción dos). Pero cuando se hace un balance económico, en el que se pone en juego la inversión para lograr esa suba de rendimiento, el resultado es negativo debido a que la cantidad de insumo utilizado no compensa el gasto ocasionado para lograr ese incremento del rendimiento.

“Esta diferencia en el rendimiento y en el margen bruto es más acentuada en lotes con mayor porcentaje de irregularidad, lo que justifica todavía más la implementación de un sistema que nos permita realizar una siembra más precisa, como es el caso del corte por hilera de siembra”, agregó Méndez.

Desde el punto de vista económico, la conclusión a la que arribaron los ensayistas fue que el margen bruto en cada uno de los tratamientos dio negativo, El tratamiento con doble densidad y doble fertilización (ensayo uno) provocó un incrementó de los ingresos, mayor al testigo, debido a los mayores rendimientos. Pero Méndez aclaró que esta suba en el ingreso no compensó el exceso de egresos causados por la mayor utilización de insumos. “Esto es debido a que el solapamiento de esas áreas provocan egresos mayores a lo que pudo responder el cultivo”, sostuvo. Respecto al testigo, la pérdida económica fue de U$S 121 dólares por hectárea.

El ensayo dos, con doble densidad y simple fertilización, mostró una caída de rendimiento que afectó en gran medida los ingresos de este tratamiento y que lo llevó a perder U$S 401 dólares por hectárea con respecto al testigo, según los resultados de la experiencia. En el caso de los egresos, si bien no aportó un gasto la fertilización, la doble densidad provoca un egreso de U$S 200 por hectárea, lo que redondeó un margen bruto negativo de U$S 601 y lo convirtió en el  tratamiento de peor resultado económico.

Según Méndez, los nuevos monitores que hay en el mercado se comportan como plataformas a las que se le puede anexar diferentes herramientas que contribuyen a una mayor eficiencia en los trabajos a campo. Los monitores de siembra actuales pueden sumar pilotos automáticos, control de profundidad de siembra, monitoreo de calidad de siembra con distribución de las semillas en el largo del surco, control de corte en secciones o control de corte línea a línea de surco de siembra, entre otras tecnologías.

Lo que vendrá

Para Bragachini, la RED público/privada de AP fue, es y será estratégica. También lo es el INTA coordinando acciones, pruebas y evaluaciones a campo. Además lo es organizando un curso internacional de capacitación de tres días, que en su edición número 12, realizada entre el 17 y 19 de julio pasado en la experimental de Manfredi convocó a más de 50 especialistas de renombre mundial y a más de 150 máquinas precisas en acción. Entre las empresas que participaron de la muestra estática y dinámica se destacaron Case, New Holland, John Deere, Agco, Pierobon, Agrometal, Metalfor, Jacto, Syra, Claas, Fertec, Ombú, Apache, Mainero, Pauny, Pla, Yomel, Ascanelli, Cestari, Akron, Verion, Vassalli, Crucianelli, Montecor Abelardo Cuffia, Geosistemas, Plantium, Balanzas Hook, Goagris, D&E e Ipesa.

De cara al futuro, el coordinador del Programa de AP del INTA no tiene dudas en sostener que la fabricación de la maquinaria agrícola estará relacionado a la AP y con el desarrollo de nuevos sensores que detecten deficiencias sintomatológicas en los cultivos relacionados con la nutrición y re fertilización diferencial, la cantidad de humedad, o la presencia de enfermedades sintomatológicas, de malezas o de insectos. “Sensores que carguen esos datos y mediante programas específicos procesen el diagnóstico y aplicación en tiempo real. También habrá mejor corrección en tiempo real de la máquina con una central y el interesado con toma de decisiones. Las máquinas también evolucionan en relación al automatismo de manejo, serán cada día más programables y robotizadas y hasta independientes del operador en todo sentido. Los actuadores serán cada día más eléctricos reemplazando la hidráulica y mecánica; habrá más y mejor conectividad virtual entre el sensor, monitores y actuador y más posibilidad de operar las máquinas a distancia. Las máquinas estarán normalizadas en sus parámetros de funcionamiento; alterados esos parámetros reaccionarán enviando una señal de alarma lo que evitará daños en el cultivo irreversibles de alto impacto económico”, proyectó Bragachini.

Los avances en software, sensores, actuadores estarán todos relacionados con la agronomía, la fisiología, la edafología, la entomología, la nutrición de cultivos, el manejo animal. Es decir, con los beneficios del conocimiento técnico y científico del manejo de los cultivos e insumos por ambiente para una agricultura y ganadería más precisa y sustentable.

Bragachini tampoco tiene dudas de que los tractores, pulverizadoras y cosechadoras robot están cada día más cerca; ya existen comercialmente las tolvas de cereal que siguen a las cosechadoras sin operarios. Ya existen los tractores gemelos con un solo operario, como así también los tractores que operan sembradoras sin asistencia del operador en el 90% de las operaciones. “El desarrollo está muy lejos de detenerse y la mente más prospectiva no se puede imaginar el tractor, cosechadoras y pulverizadoras del año 2030; hoy los desarrollos no pasan por una sola mente iluminada, pasan por equipos cada día más interdisciplinarios y la agricultura hereda desarrollos de otras disciplinas más exigentes. El futuro de la agricultura y ganadería es la precisión de los procesos y eso requiere programación y control. Argentina pretende ser un país competitivo también en esta área temática”, reconoce el especialista.

Dimensiones

De acuerdo con datos del INTA, el desarrollo de las empresas de tecnología de alta complejidad genera unos 2.400 empleos directos en la construcción, colocación y mantenimiento de los equipos. Las empresas de servicio agronómico AP ocupan otros 1.000 empleos directos distribuidos en un 80% en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires; pero también existen empleos relacionados a la AP en Salta, Misiones, La Pampa, Entre Ríos, San Luis, Tucumán, Corrientes, Chaco, Formosa y Mendoza.

Esta estructura de alta tecnología relacionada con el sector de la maquinaria agrícola en el país, que emplea 45.000 puestos directos y otros 45.000 indirectos, ha transformado a “los fierros argentinos” en inteligentes.

A partir de esta sinergia, la maquinaria agrícola argentina sustituyó el año pasado importaciones por un valor de U$S 800 de dólares con exportaciones a 30 países por un valor de U$S 280 de dólares. “El desarrollo de la AP y los fabricantes de herramientas de alta complejidad transforman a las industrias de máquinas argentinas en competitivas y allí se desenvuelven 90.000 puestos de trabajo localizado en el interior productivo, siendo estratégico para el desarrollo sustentable del territorio”, aseguró Bragachini.

Según el INTA existen 63 empresas que fabrican e importan equipos de agricultura de precisión y además brindan materias primas para herramientas precisas (agropartes). En los últimos 15 años la adopción de esta tecnología por parte de los agricultores y prestadores de servicios alcanzó a U$S 280 millones.

El modelo de siembra directa obligó a la industria nacional a modificar los monitores de rendimiento que en los primeros años se importaban de Estados Unidos. Sucedía que en los equipos estadounidenses, el rastrojo se pegaba en la placa de impacto y dificultaba la toma de datos.

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ETIQUETAS: Agricultura de Precisión, INTA, Monitores, Pulverizadoras

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