10/12/2013 | | Producción industrial

En el mundial de las cosechadoras, Brasil nos gana por goleada

Durante 2012 se vendieron 5,1 cosechadoras en el vecino país por cada unidad comercializada en Argentina. En 2013, la relación subió 6,5 veces, según el informe del IERAL. Riesgos, motivos e impacto del atraso tecnológico.

Cosechadora Vassalli AX 7510 - 2Durante 2012 se vendieron 5,1 cosechadoras en el vecino país por cada unidad comercializada en Argentina. En 2013, la relación subió 6,5 veces, según el informe del IERAL. Riesgos, motivos e impacto del atraso tecnológico.

Las comparaciones son odiosas, pero permiten mirarnos en el espejo y saber dónde y cómo estamos. El economista Juan Manuel Garzón, del IERAL, denominó ¿Cosecharás tu siembra? a un trabajo que analiza y compara la renovación de cosechadoras en Brasil y Argentina. (Ver: Advierten bajo nivel de reposición de maquinaria).

De acuerdo a datos oficiales, durante el año pasado se vendieron 5,1 cosechadoras en Brasil por cada unidad comercializada en Argentina. La relación dispar creció a 6,5 veces a 1  en lo que va del 2013.

Por superficie

Garzón advierte que una comparación más justa debe tener en cuenta la diferencia que existe entre la superficie agropecuaria de uno y otro país. «Lo más apropiado es poner las ventas en perspectiva a las hectáreas a cosechar en cada país y luego proceder a comparar los valores», señala. Teniendo en cuenta estos parámetros, el estudio revela que en 2012 se vendieron 1,3 cosechadora por cada 10.000 hectáreas cosechadas en Brasil (considerando los ocho principales cultivos), al tiempo que en Argentina la relación fue de apenas 0,4 cosechadora por cada 10.000 hectáreas recolectadas. El resultado sigue siendo una derrota por goleada, aunque considerando las ventas corregidas por superficie agrícola, la victoria de Brasil en el mundial de las cosechadoras es de 3 a 1.

Atraso tecnológico

El parque de maquinaria requiere ser permanentemente actualizado para compensar el desgaste natural que sufren los equipos por el uso, y por ende, mantener tasas de productividad; pero también para no quedar atrás en la carrera tecnológica.

Para tener alguna referencia de la importancia de contar con un buen parque de maquinaria, el INTA estima que las pérdidas que se generan en la cosecha de soja rondan actualmente los U$S 1.390 millones, cifra que puede representar hasta el 40% de los márgenes de producción de la oleaginosa. Estas pérdidas se generan por problemas de manejo y de obsolescencia de los equipos de cosecha, según se desprende del informe.

El Censo Nacional Agropecuario 2002 mostraba que sólo el 30% de las cosechadoras en Argentina tenían menos de 9 años de antigüedad, en tanto que el 70% restante se componía de equipos que habían cumplido 10 o más años de labor. la cifra de hace una década mostraba valores similares a los del Censo Nacional Agropecuario de 1988 (27% de las cosechadoras con menos de 9 años).

La situación mejoró sensiblemente con el importante flujo de ventas del período 2003/08. De acuerdo a estimaciones propias, el 60% de las cosechadoras tendría en la actualidad menos de 9 años y la proporción de equipos de edad avanzada (más de 15 años) habría bajado al 29%.

”Lamentablemente la tendencia cambia a partir del año 2009 y las ventas de maquinaria reducen sensiblemente su ritmo de crecimiento. Durante los últimos cinco años (incluyendo el año en curso) se han vendido en promedio unas 1.300 cosechadoras anuales, poco más de la mitad del flujo de ventas observado en el período 2003/08”, continúa el trabajo.

Motivos

El deterioro del poder de compra del productor agrícola argentino ha sido uno de los factores determinantes de la brecha de ventas que ha sacado Brasil. El país vecino ha sabido administrar mejor la etapa de elevados precios internacionales de commodities. También han influido seguramente las restricciones de acceso para los equipos importados que empezó a aplicar Argentina en los últimos años.

“Resulta complejo determinar el flujo eficiente de incorporación de nuevas cosechadoras al sistema agrícola argentino. El desgaste físico de los equipos depende de su intensidad de uso, mantenimiento y condiciones de manejo en general. Adicionalmente, las nuevas unidades que ingresan al proceso productivo, si bien menores en cantidad, pueden incorporar mayores prestaciones, compensando al menos en parte el menor número”, advierte Garzón.

En ese contexto, el especialista estimó que algunas simulaciones realizadas para el año 2020 indican que con un flujo de ventas anuales de 1.500 cosechadoras se logra mantener una edad promedio del parque de 7,5 años, que sería aproximadamente la antigüedad que presenta el parque. Las ventas actuales no llegan a este flujo requerido para mantener la edad del parque y menos aún para rejuvenecerlo. En un contexto de precios internacionales estables o a la baja, recrear condiciones de inversión en el sector agrícola pasa a depender exclusivamente de las políticas locales.

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ETIQUETAS: Brasil, Cosechadoras, Ieral

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