01/04/2014 | | Negocios

Historia de vida: cambiaron los granos por los fierros

A partir de la compra de una cosechadora Claas, el entrerriano Cristian Gastaldi realizó un viraje total en el negocio: él y sus hermanos alquilaron sus campos para poder prestar servicios de siembra y cosecha a tiempo completo. En sólo cinco años, su empresa tomó vuelo entre los grandes productores del centro de Entre Ríos.

Claas Lexion 750 y 760A partir de la compra de una cosechadora Claas, el entrerriano Cristian Gastaldi realizó un viraje total en el negocio: él y sus hermanos alquilaron sus campos para poder prestar servicios de siembra y cosecha a tiempo completo. En sólo cinco años, su empresa tomó vuelo entre los grandes productores del centro de Entre Ríos.

Los más creyentes podrían aventurar que fue el destino lo que llevó a Cristian Gastaldi y a sus hermanos –hijos y nietos de productores agropecuarios– a dejar los cultivos propios para dedicarse a tiempo completo a sembrar y cosechar los ajenos. Sin embargo, para este contratista oriundo de Viale (Entre Ríos), todo se presentó como una serie de casualidades, decisiones y aprendizajes que catapultaron su empresa en tan sólo cinco años a estar en la cima de los contratistas de élite en la región central de la provincia.

Hoy la empresa Néstor Gastaldi e Hijos ofrece un servicio completo para soja, maíz y trigo: siembra, transporte de semillas y fertilizantes, y cosecha, todo ello en un área delimitada por las localidades de Villaguay, San Salvador, Concordia y Federal, donde se encuentran los mejores campos de la zona. Con sus dos cosechadoras –una Lexion 750 y una Lexion 760– trilla unas 10.000 hectáreas de gruesa, y ofrece mapas de rendimientos a sus clientes ávidos de tecnología de punta.

Todo comenzó en 2009, en una exposición de maquinaria agrícola en las cercanías de Viale, donde sobrevinieron la primera casualidad y la primera decisión. Allí Cristian se cruzó por primera vez con una Lexion 570, que lo cautivó en el acto. “Estaba ahí, mirando la máquina, y en eso se me acerca un ingeniero agrónomo. Después de hablar un rato me dice: ‘esta máquina te puede abrir muchas puertas’, algo que no entendí del todo en el momento, pero que me quedó grabado”, relata. Fue entonces cuando llamó a sus hermanos menores y les dijo: “tienen que venir a ver esto”.

“La decisión no fue fácil, porque nosotros teníamos otra marca de cosechadora, y por lo tanto, el cambio implicaba aprender a utilizar un nuevo sistema, por lo que tuvimos que superar algunas dudas y miedos”, cuenta. “Finalmente, tomamos valor, encaramos el negocio y nos cambiamos de marca”, agrega.

Segunda casualidad: uno de los campos de Gastaldi queda a la vera de la ruta, actuando a modo de vidriera para los automovilistas que circulan por allí. “Uno está haciendo el trabajo normal de todos los días, y la gente pasa en los autos y mira. Y casualmente, un día pasó un productor bastante grande de la zona mirando la máquina trabajar. A los cinco kilómetros, se volvió, y terminó subido conmigo a la cosechadora. Luego de eso, me invitó a que le cosecháramos su campo, y así arrancamos”, rememora Gastaldi.

Tomar la decisión

Claas cosechadora 2De a poco, se corrió la voz, y la demanda por sus servicios comenzó a acrecentarse entre los productores de la zona. Entonces, los hermanos tuvieron que tomar su segunda decisión importante: hacer menos hectáreas propias, para poder dedicarse más a las de los clientes. “Cuando el negocio se fue agrandando, evaluamos que el trabajo como contratistas tenía sus cosas buenas y sus cosas malas, pero en última instancia, terminaron convenciéndonos más los beneficios. Y para poder hacer frente a la demanda, que ya nos sobrepasaba, en 2011 incorporamos una Lexion 750”, relata el entrerriano.

Un año después, los hermanos tomaban la decisión de dejar de sembrar sus propios campos y alquilarlos. “Era una cuestión de organización, estábamos haciendo un promedio de casi 5.000 hectáreas por máquina de gruesa, y los tiempos no nos daban. Para la última cosecha en nuestros campos tuvimos que contratar máquinas de la zona, porque las nuestras estaban trabajando en otros campos. Así terminó de cambiar el proyecto de la empresa, y hoy por hoy no tengo nada de lo que arrepentirme”, manifiesta Gastaldi.

Recientemente, la empresa cambió la Lexion 570 que lo inició todo por una Lexion 760, “ya que se nos presentó como un buen negocio, y además nos da más capacidad para poder incrementar las hectáreas”, dice el contratista.

Cuidar la calidad

Actualmente, Cristian Gastaldi se desempeña como gerente de la empresa, ocupándose de la parte comercial, la compra de insumos y repuestos, y la facturación, mientras que sus dos hermanos menores están al frente de los equipos de siembra y de cosecha. Para los tres, la clave del éxito está en priorizar la calidad del servicio: “Las hectáreas son siempre las mismas y máquinas hay muchas. Pero cuando el cliente ve el trabajo que hace una Claas, la calidad con la que sale la mercadería, cómo cuida el lote y las bajas pérdidas que tiene, es difícil que no le guste, y eso se difunde de boca en boca”.

“De esta manera, ni siquiera nos preocupamos por la competencia, porque ya tenemos nuestros clientes, y otros nuevos que viven llamando. Si uno prioriza la calidad y tiene una máquina que lo respalda, los llamados vienen solitos”, sentencia Gastaldi.

Por otro lado, según el contratista, el sistema de orugas se adapta perfectamente a las necesidades de la zona: “Aquí en Entre Ríos tenemos terrenos quebrados y se forman canales; si uno está cosechando maíz con ruedas y un cabezal grande, y agarra una zanja, la máquina sufre mucho. En cambio, con las orugas no hay ningún problema. Además, permite más ancho de plataforma y da más capacidad para la soja, por ejemplo. Todas cosas muy sencillas por las que uno va sumando valor y que la gente pide”.

Otra forma de incrementar la calidad del servicio, sostiene Gastaldi, es ofrecer asesoramiento y tecnología de punta: “El hecho de que nosotros hayamos pasado de una actividad a la otra hace que  entendamos cómo funciona todo el sistema, por lo que asesoramos constantemente a los clientes. Siempre me están preguntando qué haría en las más variadas situaciones, desde qué profundidad de siembra hacer, hasta qué producto aplicaría a una soja que tiene un tipo de oruga específico”, señala.

Por otro lado, cuenta que la mayor parte de la clientela pide mapas de rendimientos. “De hecho, atendemos una empresa desde hace tres años, que tiene planeado en dos años más hacer siembra variable”, ilustra.

“Somos cien por ciento conscientes de que la tecnología aplicada al agro en el futuro será fundamental para el negocio y por eso nos hemos abocado mucho al tema. Claas nos ha invitado a cursos de agricultura de precisión para el uso de nuestras máquinas. En este sentido, lo entendemos como una demanda actual, y como una forma de prepararse para el futuro, porque si queremos brindar un servicio completo, no se puede hacer a medias”, finaliza.

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ETIQUETAS: Claas, Cosechadoras

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