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Fertilizadoras autopropulsadas

Las fertilizadoras autopropulsadas ganan protagonismo en el mercado local, enfocadas en el segmento de servicios prestados por contratistas. Gran capacidad de labor, mayor autonomía, elevado despeje y versatilidad para aplicaciones en tareas de refertilización son sus principales atributos.

Por Néstor Sargiotto

Desde hace varios años, la oferta de equipos disponibles en el mercado nacional de fertilizadoras incluye opciones autopropulsadas.

Claro que en las últimas campañas lo que comenzó como una variante de alta gama se va transformando en una tendencia cada vez más interesante, especialmente para quienes prestan servicios como contratistas.

Entre las principales ventajas que proponen los modelos con motorización propia se destacan, por un lado, la mayor capacidad y autonomía de trabajo; y por el otro, la posibilidad de configurar los chasis con mayor despeje, trocha variable y rodados acordes para los distintos tipos de aplicaciones.

Ambos atributos resultan claves para una correcta amortización de la inversión, tanto por la cantidad de hectáreas a realizar por jornada de trabajo, como por la posibilidad de realizar tareas de refertilización en cultivos que presentan estado avanzado de desarrollo.

En línea con las ventajas mencionadas, un atributo adicional que supone el incremento de las hectáreas trabajadas es la posibilidad de amortizar más fácilmente el equipamiento de Agricultura de Precisión que demandan las aplicaciones modernas.

Antecedentes

Los primeros antecedentes de fertilizadoras autopropulsadas en el país se remontan al año 2000, cuando la multinacional AGCO incorporó a la oferta local los aplicadores de abonos al voleo de la línea TerraGator.

En lo que hace a la industria nacional, el puntapié inicial lo dio Pla en 2007 con el desarrollo del prototipo Duplo MAP II 2850, apto para aplicaciones en simultáneo de líquidos y sólidos, con botalón delantero convencional, complementado con una barra desplegable trasera de 20 metros, equipada con un distribuidor Rauch.

En 2009, la empresa Fertec (por entonces denominada Fértil SRL) presentó la fertilizadora encaladora autopropulsada 10000, galardonada con un premio CITA en la categoría Innovaciones de Protección y Mantenimiento de Cultivos. Este desarrollo luego evolucionó al modelo actualmente conocido como Fértil 1030 Serie 4.

En 2011, la misma compañía completó la oferta de fertilizadoras autopropulsadas con la incorporación de las versiones Fértil 618 y Fértil 814, ambas con rodados Row Crop, para aplicaciones preemergentes o refertilización en cultivos de estado avanzado.

Ese mismo año, Tedeschi sumó a su línea el modelo autopropulsado DMF-5500, un desarrollo que combina una fertilizadora Syra, montada sobre un chasis de pulverizadora M 3000.

En 2012, Metalfor se subió a la tendencia con el prototipo 7050, con tolva de 4.000 litros y doble disco esparcidor.

Por su parte, Varessi dispone de la fertilizadora autopropulsada Yara 3536, con motorización  de 105/120 HP y 3.500 litros de capacidad.

Brasil

Por si quedaran dudas sobre la tendencia creciente a la adopción de equipos autopropulsados para las tareas de fertilización basta echar un vistazo al mercado de la maquinaria en Brasil, una suerte de rostro anticipado de lo que se viene en el país. Durante la última edición de Agrishow realizada en Riberao Preto, la mayor cita de la maquinaria agrícola brasileña, se presentaron, entre otras novedades, las fertilizadoras autopropulsadas John Deere 4950, Jacto Uniport 3000 NPK, Montana Parruda Parruda DF 5000, Stara Hércules 3.8 y Stara Hércules 5.0 (ver fotos).

Oferta

En el mercado nacional existen siete modelos de fertilizadoras autopropulsadas disponibles. Por cierto, a ello se suma un número mucho mayor de pulverizadoras autopropulsadas equipadas con dispositivos para aplicación de fertilizantes líquidos, como bombas, cañerías y diversos componentes de acero inoxidable.

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