01/04/2013 | |

Mario Bragachini: “Los últimos cuatro meses del año serán muy demandantes”

El técnico del Inta Manfredi, pronostica que entre agosto y septiembre va a aparecer en el mercado la plata para reactivar las ventas nacionales de maquinaria agrícola. Mientras tanto, y hasta que el productor venda la cosecha, el financiamiento bancario hará traccionar la demanda. Bragachini asegura que parte de los mayores ingresos que aportará la actual cosecha se volcarán a inversiones en equipamiento.

El técnico del Inta Manfredi, pronostica que entre agosto y septiembre va a aparecer en el mercado la plata para reactivar las ventas nacionales de maquinaria agrícola. Mientras tanto, y hasta que el productor venda la cosecha, el financiamiento bancario hará traccionar la demanda. Bragachini asegura que parte de los mayores ingresos que aportará la actual cosecha se volcarán a inversiones en equipamiento.

Material publicado en Revista MaquiNAC Nº 2 (Abril 2013)

Bragachini ¿Cómo analiza el desempeño del sector de la maquinaria agrícola en los últimos años en el país?

Tuvimos durante 2011 un récord de ventas por un total de U$S 1.450 millones, un desempeño que se redujo en 2012 cuando la sequía hizo faltar 20 millones de toneladas de granos que son los que, en condiciones normales, generan la ganancia y la capacidad de compra en el sector. Como se venía de un 2011 bueno, el año pasado la industria facturó U$S 1.200 millones, lo que indudablemente generó una merma en la cantidad de horas de producción de las fábricas. Sabemos que cuando las industrias bajan en nivel de ocupación pierden eficiencia y la relación de productividad y ganancia no es positiva, como ocurrió en 2012. Para este año, todos estamos esperando una cosecha de 97 millones de toneladas, que va a provocar que la ganancia de 20 millones de toneladas de granos se vuelque en parte a la reinversión en maquinaria.

¿Se puede esperar una recuperación inmediata de las ventas, luego de la cosecha?

No será así. Por eso las medidas financieras, tanto de la banca oficial como privada para entregar créditos a tasas súper negativas respecto a la inflación, ayudan el mercado. Hoy el Banco Nación ofrece financiamiento a una tasa de interés de 6,5 por ciento a cinco años en pesos que, con una inflación del 25 por ciento, no existe en ninguna parte del mundo. No hay en ningún otro lugar créditos una tasa negativa del 18 por ciento.

Estas líneas de crédito ayudarán a afrontar el intervalo hasta que el productor se haga de fondos por la venta de los granos. Luego de la cosecha, el productor hará las cuentas y cuando se encuentre con el saldo de ganancias lo va a invertir.

Para ello van a pasar entre cuatro y cinco meses. Entre agosto y septiembre va a aparecer la plata genuina para reactivar el mercado.

Pronostico un año bueno, con los últimos cuatro meses de 2013 muy demandantes, para empezar 2014 con un mercado muy importante.

Más allá del comportamiento del clima y que condiciona las ventas, ¿la competitividad es uno de los ejes deficitarios que hoy tiene el sector de la maquinaria agrícola?

La competitividad está dada por el precio al que yo puedo ofrecer una máquina en el mercado nacional o internacional. Siempre compitiendo en un mercado abierto. Ese valor debe alcanzar para que el industrial pague un buen sueldo y obtenga una ganancia para crecer en inversiones. Actualmente, la industria de la maquinaria agrícola ha perdido un margen y hoy está más ajustada que hace un tiempo atrás. La mejora en la competitividad puede venir de una corrección cambiaria y de una mejora en la eficiencia productiva. Una relación a mejorar es la que involucra a la productividad por horas medidas a través del salario. Eso es tecnología de proceso productivo y también escala, que no sólo se consigue con el mercado interno sino también con la exportación. También hace falta competitividad a través de la innovación tecnológica para satisfacer las necesidades del mercado y de sus nichos. Hay importadores que ven a la Argentina como proveedor de ciertos nichos de mercado como son, por ejemplo, el silo bolsa y la siembra directa, en los que tiene el know how y marca tendencia.

¿El proceso de sustitución de importaciones que hicieron las multinacionales también ayuda a mejorar la competitividad?

Sin ninguna duda que las compañías Case-New Holland, John Deere, Agco y Claas ensamblen máquinas en Argentina va a generar una demanda de proveedores locales con ciertas normas de exigencia lo que va a elevar el nivel de los componentes. Ese será el puntapié inicial para aumentar la calidad y la escala de las diferentes industrias que existen en el país. Que cualquier fábrica del sector tenga un proveedor con normas internacionales que entregue, por ejemplo baterías, radiadores, plásticos, cadena, engranajes o bulones, eleva la competitividad de toda la industria metalmecánica del agro argentino.

Antes había U$S 600 millones que se destinaban a la compra de maquinaria importada; vamos camino a que el 50% de esos U$S 600 millones se fabriquen en el país. Pero también me resulta muy auspicioso es que los agropartistas locales puedan producir las piezas en Argentina. No tengo dudas de que eso va a elevar la competitividad de la industria de la maquinaria agrícola nacional.

¿Hay un techo para crecer en el mercado interno?

Si bien el mercado se puede reducir en número de unidades vendidas, porque cada vez las máquinas son más grandes y con más prestaciones, al industrial le tiene que preocupar saber cuánto factura por las máquinas que comercializa. Si antes vendía, por ejemplo, 200 máquinas y facturaba U$S 50 millones, es probable que en el futuro venda 100 máquinas y facture U$S 100 millones. Se venden dólares no máquinas.

Hoy hay ingresos por U$S 400 millones en maquinaria y en 2020 se aspira a llegar a U$S 650 millones, pero con menos unidades vendidas. Lo importante es cuántas hectáreas operativas voy a vender con una máquina. No interesa la cantidad de unidades, sí la tecnología que tiene la máquina. Eso es lo que le proporciona mayor valor.

¿En la exportación también hay un techo?

El mercado internacional cada vez demanda máquinas más grandes. Las empresas multinacionales fabrican equipos para el mundo. Cada año estas compañías aumentan cinco por ciento, en forma acumulativa, la potencia máxima. Ya hay cosechadoras de 600 HP, clase 11, y el tractor de 500 HP también está en el mercado. Lo mismo que la tolva autodescargable de 40 toneladas, el cabezal de 45 pies y las pruebas para lanzar uno de 60 pies. Es una tendencia irreversible la de fabricar equipos cada vez más grandes. Esto hace que las máquinas sean cada vez más caras, producto de su mayor capacidad instantánea y su automatismo. Es por eso que el número de unidades va a bajar.

Más allá de esta tendencia, en Argentina se va a producir un crecimiento de la demanda. Estamos produciendo casi 100 millones de toneladas y para 2020 se espera una cosecha del orden de 157millones de toneladas. Estamos con un índice de industrialización promedio de todo lo exportado del 22,8% y la apuesta es llegar en 2020 a 40%. Sería revolucionario. Si bien vamos a seguir exportando commodities, al final de la década podemos multiplicar por seis esa tonelada de alimentos que se transforma en proteína animal y convertirla en un producto de góndola con denominación de origen. Lo que los alemanes hacen con los autos, nosotros lo podemos hacer con nuestro alimentos.

 

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