06/12/2017 | | Entrevistas

Mariano Gergolet: “GEA Gergolet se basa en innovación y calidad de producto”

El Director de Desarrollo describe el camino seguido para consolidar la marca en el mercado. Evalúa el perfil del cliente actual y la necesidad de investigar. Y explica porqué la diversificación es inevitable.

Por Jorge Freites
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Mariano Gergolet (GEA Gergolet Agrícola)-07

Hay empresas que no necesitan demasiado recorrido para ocupar un lugar destacado en el negocio de la maquinaria agrícola.

En ese molde entra con comodidad GEA Gergolet Agrícola, la firma de Morteros (Córdoba).

El punto de partida fue Metalúrgica Gergolet, la empresa familiar proveedora de productos en acero inoxidable para la industria alimenticia.

En 2005, Mariano Gergolet egresó de la Universidad Tecnológica Nacional graduado como ingeniero mecánico y se incorporó al trabajo en la firma creada por sus padres, con la mira en otros horizontes productivos.

Dos años después ya estaban en marcha los primeros proyectos sobre maquinarias agrícolas, con un mixer horizontal como punta de lanza.

Pero el gran salto fue dado en 2009 con el lanzamiento del mixer vertical MGV 150F, el primero de su tipo fabricado por una industria argentina. Cumplida la transición del acero inoxidable a los fierros del campo, se consolidó GEA Gergolet Agrícola.

En diálogo con MaquiNAC, Mariano repasa el proceso y explica cuáles son los pilares que sostienen a la empresa en el mercado y porqué necesitó diversificarse.

También analiza si en Argentina se puede hacer investigación y desarrollo y cuenta que en 2018 se verán nuevos productos de la marca.

Evolución

¿Cómo se llegó desde la anterior empresa familiar a lo que es hoy GEA Gergolet Agrícola?

Metalúrgica Gergolet se dedicaba pura y exclusivamente a la maquinaria para la industria alimenticia.

«Evolucionamos hasta llegar al diseño del mixer vertical MGV 150F que todavía hoy es nuestro caballito de batalla».

Trabajaba todo lo que es acero inoxidable. Éramos proveedores de Arcor, SanCor, La Piamontesa y otras empresas reconocidas.

Cuando yo me recibí de ingeniero mecánico, me incorporé a la empresa familiar y decidimos hacer algo para el campo.

¿Con qué se iniciaron en el rubro?

Empezamos a hacer algunos productos y evolucionamos hasta llegar al diseño del mixer vertical MGV 150F que todavía hoy es nuestro caballito de batalla.

Todo eso hizo que fuéramos dejando la actividad anterior y cada vez incorporáramos más gente abocada a la parte agrícola.

Hasta que un día dijimos: “basta con el acero inoxidable” y nos enfocamos por completo a las maquinarias agrícolas.

El mixer vertical fue un hito…

Si bien entre 2007 y 2008 ya habíamos hecho un desarrollo de mixer horizontal, la producción fuerte arrancó entre 2009 y 2010 con el mixer vertical, un tipo de máquina en el que fuimos los primeros de la industria nacional.

Así seguimos hasta que en 2011 completamos la transición y nos dedicamos de lleno a las máquinas para el campo.

Dónde estamos

¿Cuál es el posicionamiento que ustedes consideran que alcanzó la empresa en el mercado?

No es algo que podamos cuantificar o medir. Pero me acuerdo de algo que pasó cuando empezamos a pegar en el mercado con el mixer vertical, y a vender y vender.

«Estamos bien posicionados y la marca está bien vista y lo notamos en el contacto con los clientes».

Nuestros proveedores, que también son proveedores de empresas grandes, me decían: “vos estás acá fabricando en Morteros pero no sabés lo que están logrando en el mercado”.

Me comentaban: “No sabés lo bien que se habla de la máquina”.

¿Ese proceso le fue dando un respaldo a la marca?

Por lo que percibo, estamos bien posicionados y la marca está bien vista y lo notamos en el contacto con los clientes. Eso habla de la calidad y confianza que brinda nuestro producto.

Resumiendo, se puede decir que GEA Gergolet Agrícola se basa en innovación y calidad de producto.

Ineludible

La diversificación es un tema que tiene defensores y detractores. ¿Cuál es la experiencia de la empresa?

Nosotros diversificamos porque nos obliga el mercado argentino. En realidad, la economía argentina.

«El mercado obliga a diversificarse e, incluso, dentro de un mismo segmento hay que hacer productos nuevos».

Si en el país siempre hubiera condiciones estables, y me dieran a elegir, haría uno o dos productos, de forma masiva, con la producción robotizada y automatizaría todos los procesos, como en la industria automotriz.

Pero estoy hablando de una utopía porque acá es imposible lograr eso, especializarse en uno o dos productos. Y es así porque no se sabe qué pasará en el mercado.

Siempre hay imponderables…

Una prueba de lo que digo es que tuvimos que diversificarnos hacia equipos para agricultura cuando la lechería pasó un momento horrible, hubo inundaciones y el sector ganadero estaba mal.

Entonces, el mercado obliga a diversificarse e, incluso, dentro de un mismo segmento hay que hacer productos nuevos e innovar permanentemente.

¿Meta alcanzable?

Cuando se mira al exterior, como en la reciente edición de Agritechnica, se observa una catarata de novedades. ¿En Argentina no es posible la investigación y desarrollo de ese nivel porque las empresas no cuentan con tiempo y recursos?

Hay un poco de todo. Un poco, es cierto, hacen falta espaldas financieras. Hace falta personal capacitado. Pero eso no quiere decir que uno se deba desentender de la investigación y el desarrollo.

«Siempre hay que meter investigación y desarrollo porque, a la larga, lo que se ve en el exterior se termina aplicando».

Creo que cada empresa lo tomará con la fuerza que pueda, pero la investigación y el desarrollo siempre deben estar.

¿Por qué no podemos ir tan a fondo como en Europa? Porque, hay que ser realistas, nosotros venimos un poco atrás de Europa.

¿También gravitan las características propias de Argentina?

Y sí, también están las condiciones propias de Argentina. No sabemos qué puede pasar en el mediano plazo y entonces es difícil proyectar con seguridad y esperar diez años para ver los frutos.

Pero siempre hay que meter investigación y desarrollo porque, a la larga, lo que se ve en el exterior se termina aplicando.

De hecho, el productor agropecuario también mira lo que hay en Europa, lo que hay en otros países, porque lo permite Internet y está actualizado.

Y eso empuja a las empresas…

Claro. Entonces, no es más soldar dos planchuelas y una cuchilla para cortar pasto. La maquinaria requiere investigación y desarrollo y requiere de una mejora continua. Nosotros a los equipos los seguimos mejorando, a pesar de que estén trabajando en el campo ya por varios años.

Por lo tanto, no hay que decir: “nosotros, en Argentina, no estamos para lograr desarrollos como se ven en otras partes del mundo”. Tal vez no podemos hacer todo, pero una parte sí.

Por lo menos, investigar y desarrollar con los medios que uno tiene. El solo hecho de que un técnico de la empresa vaya al campo para ver cómo trabaja un equipo, como lo usa el cliente y que mejoras se pueden hacer, también implica investigación y desarrollo. No es sólo un banco de pruebas sofisticado.

Clientes

¿En qué se diferencia el cliente actual del cliente de hace diez años? ¿en el acceso a la tecnología?

El acceso a la tecnología no es tan notorio. El tema es que el cliente sabe lo que una empresa le está vendiendo y, además, puede comparar.

«Siempre hicimos hincapié en la calidad del producto, en la terminación, en la pintura, en los detalles».

Yo sé que algunas marcas, cuando fabricaban, decían: “total, es una máquina para el campo, la hacemos así nomás, como podemos”.

Nosotros, no. Siempre hicimos hincapié en la calidad del producto, en la terminación, en la pintura, en los detalles.

¿Ahí está la diferencia?

El cliente actual ahora mira más esas cosas, se fija, respecto a lo que era el viejo colono de antes. Porque todo va cambiando y todo va entrando más por los ojos.

Yo siempre digo que si alguien va a comprar un horno a un comercio, no va a querer ver la pintura saltada o una manija torcida. Lo mismo pasa con la maquinaria agrícola.