Tractores Made in Argentina
La producción de tractores Made in Argentina recupera su protagonismo de la mano de fuertes inversiones de empresas locales e internacionales.
Por Néstor Sargiotto
Argentina es uno de los países con mayor historia en la producción de tractores.
De hecho, en 2014 se cumplieron 60 años desde la presentación en sociedad de las primeras unidades fabricadas en serie del modelo Pampa, el primer tractor argentino, desarrollado en Córdoba por Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME), con la asistencia técnica de Fiat.
Fue el primer hito de un largo camino de desarrollo industrial en un país que llegó a contar con 22 fábricas de tractores y cosechadoras.
Por cierto, en ese trayecto pasó mucha agua bajo el puente, incluyendo etapas de marcado retroceso.
El proceso de desindustrialización vivido por el país desde fines de los ’70, los cimbronazos hiperinflacionarios de los ´80 y el colapso de la Convertibilidad se conjugaron para destruir buena parte del entramado industrial que se había logrado.
El último mazazo recibido por la industria nacional del tractor se produjo en setiembre de 2001, con la quiebra de Zanello.
Por cierto, así como la fábrica de Las Varillas (Córdoba) renació de sus cenizas en enero de 2012 con la conformación de Pauny, también la producción nacional de este rubro recuperó protagonismo, de la mano de proyectos de inversión encarados por empresas locales y multinacionales.
Nacionales
En el segmento de las empresas de capital nacional, la mencionada Pauny marcha a la vanguardia, con un nivel de actividad que en los últimos años se ubicó en torno a las 1.500/2.000 unidades por campaña.
Apache, por su parte, que comenzó a ensamblar en el país los tractores Solís, con tecnología de la empresa india Sonalika.
Más recientemente, Roland H anunció una inversión de $ 25 millones para la construcción de una planta de tractores en Villa Rumipal (Córdoba)
Por su parte, Zanello se asoció a la empresa china YTO con la meta de fabricar tractores en Alicia (Córdoba), con una inversión inicial de $ 10 millones.
Multinacionales
Claro que los números más ambiciosos se barajan por el lado de las compañías multinacionales.
EL Grupo AGCO inauguró en 2014 su planta de General Rodríguez (Buenos Aires) y CNH Industrial comenzó a operar en mayo la fábrica de Ferreyra (Córdoba)
A su vez, John Deere puso en marcha en agosto de 2012 su línea de producción de tractores en Granadero Baigorria (Santa Fe). Entre las tres, la inversión acumulada sobrepasa los U$S 470 millones.
A ello se agrega la instalación de una planta de montaje de la brasileña Agrale en Mercedes (Buenos Aires). Y algunos proyectos que siguen en carpeta.
En total, las inversiones vinculadas a la producción nacional de tractores rondan los U$S 500 millones, aunque los casos más significativos que conforman esa cifra también involucran otros productos, como cosechadoras, plataformas, motores, etc.
Mercado
En 2016 se comercializaron en Argentina 6.675 tractores, con una facturación total de $ 7.124,5 millones, según los datos informados por el INDEC.
La cifra marca una crecimiento interanual de 25,5% en unidades y 102,9% en pesos corrientes respecto a 2015.
Los tractores producidos en el país totalizaron ventas en 2016 por 5.378 unidades ($ 5.069,2 millones), con un alza de 9,3% en unidades y 60,4% en pesos respecto al ejercicio anterior.
De acuerdo al relevamiento informado por el INDEC, en el primer trimestre de 2017 la industria nacional aportó 80,6% de los tractores comercializados en el mercado interno.
La cifra supera con creces la participación promedio de 20,3% alcanzada por los tractores nacionales durante la década anterior.
Tractores Made in Argentina
En línea con la mayor cuota de mercado alcanzada por los tractores ensamblados en el país también creció la producción de las empresas de capital nacional dentro de este rubro.
Según las estadísticas de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), la fabricación de tractores pasó de un piso de 260 unidades en 2002 a 1.642 equipos en 2014, con un techo de 1.947 tractores en 2013.
Balanza comercial
A partir del resurgimiento de la industria nacional dedicada a la producción de tractores, comenzaron a reportarse operaciones de comercio exterior en este rubro.
Las ventas externas pasaron de apenas U$S 879.820 en 2002 al récord de U$S 37,1 millones en 2012.
La tendencia se revirtió en los últimos años, en los que casi la totalidad de la producción nacional se destinó al mercado interno, reportando exportaciones por U$S 10 millones en 2014.
También se redujeron las operaciones de importación de tractores, aunque en este caso derivadas del comienzo de la producción local de las principales firmas multinacionales vinculadas al rubro.
En 2008, la balanza comercial de este segmento arrojó un déficit de U$S 253,3 millones, con importaciones por U$S 275,5 millones y exportaciones por U$S 22,2 millones.
El rojo comercial se redujo en 2009, debido al impacto negativo generado por la crisis del campo, que hizo desplomar la demanda general de maquinaria.
Componentes
Por cierto, un tema que sigue latente es el grado de integración de componentes nacionales que deben presentar los tractores ensamblados a nivel local.
Desde la Nación se impuso en su momento para los tractores un piso de 35% piezas nacionales para acceder a los créditos subsidiados del Banco Nación. Claro que no todo pasa por la exigencia formal.
Para llegar a esos indicadores es necesario contar con un desarrollo nacional eficiente de componentes claves, como motores, transmisiones, neumáticos, etc.
Oferta
Actualmente, la oferta de tractores fabricados en el país alcanza a 123 modelos.
La lista incluye 48 versiones de Baja Potencia (hasta 100 HP), 50 equipos de Media Potencia (100-200 HP) y 25 modelos de Alta Potencia (más de 200 HP).
Marcas
A continuación, proponemos un repaso de las principales marcas que participan en el mercado de tractores en Argentina. Se puede acceder a los datos técnicos de los equipos haciendo click en el nombre de cada modelo (Datos actualizados al 20/05/2017).
En configuraciones de chasis rígido, Pauny desembarcó en el segmento de tractores de Baja Potencia con la presentación de los modelos equipados con motores nacionales de la marca MWM. En 2013 presentó la versión 180 (83 CV) y en 2015 agregó la versión 210 (105 CV), ambas en versiones de tracción simple o integral, con caja sincronizada (12+12 velocidades) (ver nota).
Se suman a los modelos de la Serie Evo Asistido (120, 160 y 180 HP), la Línea Convencional (120 y 160 HP) y la Línea P-Trac (160 y 180 HP). En 2016 añadió las versiones de la Serie Terra (80 HP), de chasis compacto para cultivos regionales.
Entre los tractores articulados, en 2015 presentó la denominada Serie Novo, con nuevo diseño de cabina y sistema hidráulico de centro cerrado Load Sensing. Incluye cuatro versiones de 200 a 305 CV (ver nota).
La línea de articulados se completa con las versiones tradicionales de la Serie Evo Articulado (200 a 310 CV) y los modelos de la Serie Bravo, lanzada en 2012 (260 y 310 CV) (ver nota).
En 2016 incorporó la producción de tractores compactadores de basura, equipados con hoja topadora frontal y rodados tipo pata de cabra, en versiones de 200 y 240 CV (ver nota).
En 2017 desarrolló un tractor de chasis convencional y 200 CV que presentará en AgroActiva (ver nota).
En un rango de potencia menor, en 2014 comenzó la producción local de los tractores de la Serie MF 2600 Nacional (49, 63 y 80 HP) y la Serie MF 4200 Nacional (117, 129 y 140 HP).
En 2015 le sumó la fabricación local de la línea MF 4200 Compacto, de chasis estrecho para trabajos en cultivos regionales, en versiones de 81 y 92 HP (ver nota).
En 2017 incorporó a la oferta en el país los tractores de Alta Gama de la nueva Serie 6700 ( 122 y 132 HP), con motor AGCO Power de 4 cilindros y transmisión Dyna-4 de 16+16 velocidades. Estos equipos se podrían ensamblar próximamente en el país (ver nota).
En él segmento de Baja Potencia, en 2015 presentó los tractores nacionales de la nueva Línea E, en sus versiones de 49 a 85 HP (ver nota). Ese mismo año sumó la producción local del modelo A990 Generación II (ver nota). En 2016 puso en marcha la fabricación en el país de las versiones compactas A750 y A850 (ver nota).
Y en 2017 comenzó nacionalización de los tractores de Media y Alta Potencia de la Línea BT, en versiones de 150 a 215 HP, con motores AGCO Power y transmisión Powershift HiSix de 24+24 marchas.
En 2017, puso en marcha una nueva planta industrial en donde fabrica los tractores de potencia Media y Alta de la Serie 6J. Incluye seis versiones, de 108 a 205 HP (ver nota).
En 2013, tras la inauguración de la nueva planta instalada en Ferreyra (Córdoba), sumó la producción local de los modelos de Alta Potencia de la Línea T7. En una primera etapa, presentó las versiones de T7.240 y T7.245 (ver nota). En 2015, le sumó la fabricación del modelo T7.215 (180/211 CV) (ver nota).
A fines de 2015 anunció la producción local de los tractores de la Línea T6, en versiones T6.120 (123 CV) y T6.130 (134 CV) (ver nota) y en el arranque de 2016 le sumó los tractores de la Línea TT, en versiones TT4.55 (55 HP) y TT4.75 (75 HP) (ver nota).
El Pampa
El emblemático tractor Pampa es considerado el primer tractor argentino.
Si bien meses antes ya se habían ensamblado en el Instituto Aeronáutico de Córdoba 300 unidades del modelo Fiat 55, la presentación en sociedad de este modelo nacional, el 7 de octubre de 1952, constituye un hito para la industria local.
El desarrollo del Pampa estuvo a cargo de la Fábrica de Tractores, dependiente de Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME), con la asistencia técnica de Fiat.
En 1954, la automotriz italiana suscribió un convenio con IAME para la conformación de Someca Construcción Córdoba, luego denominada Fiat Concord.
De esa fábrica instalada en Ferreyra (Córdoba) salieron las primeras 12 unidades fabricadas en serie del modelo Pampa, el 28 de junio de 1954. Su producción se mantuvo hasta 1963, con un total de 3.760 unidades ensambladas.
Desarrollado a partir de un modelo Lanz Bulldog, de procedencia alemana, el tractor Pampa sobresalió por su diseño simple, económico y de bajo costo de mantenimiento.
De hecho, podía operar con diésel o con una mezcla de kerosén y aceite usado (incluso grasa animal), un atributo importante en épocas de escasez de combustibles. Su motor monocilíndrico de dos tiempos y 10.388 cc ofrecía una potencia de 55 HP.